Wednesday, January 27, 2010
Tuesday, January 26, 2010
Wednesday, January 20, 2010
Monday, January 18, 2010
SICARIO
Dado que no me gusta la gente, pensé que lo mejor sería convertirme en sicario. No hay nada mejor en esta vida que atender a tu autentica vocación; hace que las cosas resulten mucho más fáciles. Vivo en hoteles y pensiones las más veces. Alojamientos discretos donde no hacen preguntas siempre que tu cuenta esté al día. Compro literatura de segunda mano en librerías de viejo para entretener los tiempos muertos entre muerto y muerto. Libros que abandono en los bancos del parque cuando necesito viajar ligero de equipaje. Me muevo por las sombras con sigilo y prefiero un buen cuchillo a un arma de fuego. Soy un tipo discreto de esos que al cruzarte por la calle nunca llamaría tu atención. He liquidado familias enteras por deudas de juego, amantes infieles o narcotraficantes morosos. No rechazo ningún trabajo; sería como un médico que se negara a extirpar un tumor demasiado repugnante. Hay que ser profesional. Además, parto de la convicción de que mi profesión ayuda a mejorar el mundo: Hay mucho hijodeputa prescindible.
Tuesday, January 12, 2010
ERIC ROHMER
El cine de Eric Rohmer es como ver crecer la hierba. Tal lindeza le dedicaban al director frances en la película La noche se mueve. Lo veo y subo: El cine de Rohmer es como no ver crecer la hierba. Esa es su magia.
Mi primer acercamiento a Rohmer fue el visionado de Cuento de Verano. Era imposible no empatizar con su protagonista, rebotando entre tres modelos de mujer, a cual más loca. Al final el chaval se marcha a pillarse un amplificador. Normal. Aquella película, dirigida por un señor casi octogenario, hablaba de mí de un modo mucho más cercano y real que todas las toneladas de celuloide dedicado a los ardores juveniles. Después descubriría otras joyas como Pauline en la playa, La coleccionista, La rodilla de Clara…
Algo que me gusta de las películas, las novelas o cualquier narración es que los protagonistas evolucionen en el trascurso de la historia. Y lo que me sedujo del cine del gabacho es que, al correr los créditos finales, sus personajes nunca son los mismos que al principio de la película. Lo mágico es que, entretanto, no hemos presenciado espectaculares catarsis, broncas desgarradas o polvos de antología. Todo sucede con la naturalidad propia de la realidad. Siempre he pensado que no existe la catarsis, la conversión, el cambio instantáneo; sino que sucede durante un periodo más o menos dilatado en el que asumimos el trecho entre lo que fuimos y lo que seremos. Y esto Rohmer lo explicaba como nadie.
Mi primer acercamiento a Rohmer fue el visionado de Cuento de Verano. Era imposible no empatizar con su protagonista, rebotando entre tres modelos de mujer, a cual más loca. Al final el chaval se marcha a pillarse un amplificador. Normal. Aquella película, dirigida por un señor casi octogenario, hablaba de mí de un modo mucho más cercano y real que todas las toneladas de celuloide dedicado a los ardores juveniles. Después descubriría otras joyas como Pauline en la playa, La coleccionista, La rodilla de Clara…
Algo que me gusta de las películas, las novelas o cualquier narración es que los protagonistas evolucionen en el trascurso de la historia. Y lo que me sedujo del cine del gabacho es que, al correr los créditos finales, sus personajes nunca son los mismos que al principio de la película. Lo mágico es que, entretanto, no hemos presenciado espectaculares catarsis, broncas desgarradas o polvos de antología. Todo sucede con la naturalidad propia de la realidad. Siempre he pensado que no existe la catarsis, la conversión, el cambio instantáneo; sino que sucede durante un periodo más o menos dilatado en el que asumimos el trecho entre lo que fuimos y lo que seremos. Y esto Rohmer lo explicaba como nadie.
Monday, January 11, 2010
Thursday, January 07, 2010
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