La curiosidad, el verdadero motor del mundo, le llevó a acudir a la cita. Se personó en una cafetería de barrio bien; con barra de mármol y paredes acabadas en madera. Apenas tres clientes y un camarero de los de librea por todo paisanaje. Sentado al fondo, un hombre le hizo indicación de que se acercara. Marcos avanzó dubitativo hacía él: unos cuarenta años e impecable traje azul marino. Tenía la sensación de conocer a aquel hombre.
- Tome asiento– le dijo el extraño, mientras extraía de su portadocumentos un dossier que le deslizo a través de la mesa.
- ¿Qué es esto?- interrogo Marcos.
- Esto, Marcos, podría ser tu nueva vida.
Efectivamente, en la docena de páginas que incluía el dossier se detallaba una vida de lujo, pletórica de yates, fincas, coches y todo lo que Marcos jamás se hubiera atrevido a soñar. Al pasar la última página, donde se estipulaban la mujer y amantes que le corresponderían, se deslizó un papel en el que se leía CONTRATO DE INTERCAMBIO DE VIDAS.
- Pero, esto es absurdo ¿todo esto me ofrece a cambio de mi vida? ¿Usted qué sabe de mi…?
- ¿…Vida? Prácticamente todo lo necesario. Se llama Marcos Albarrán cursó estudios de Antropología en la Autónoma de Barcelona, aunque su trabajo de bancario le impidió terminar la Carrera. Desde hace quince años trabaja de cajero en una sucursal del Barrio de Gràcia. Vive con la que fue su novia desde la facultad y aunque ella se lo ha pedido, no han tenido hijos. Y su plato favorito son los spaguetti carbonara con cerveza.
Marcos se quedó perplejo.
- ¿Pero qué clase de investigación es esta?
- La normal, amigo Marcos, al fin y al cabo le estoy proponiendo intercambiar nuestras vidas. ¿No pensará que lo haría a ciegas?
- Esto es una chifladura. No sé quién es usted…
- Alguien muy importante, créame- interrumpió el hombre.- Tanto que me he cansado de serlo y desea llevar una vida normal, mundana, proletaria…
- ¿Y para eso me ha escogido a mí?
- No, amigo. Recuerde que fue usted quién me llamó.
- ¿Pretende decirme qué con firmar este documento usted y yo cambiaremos las vidas y nadie notará nada en absoluto?
- Tal cual.
- Pero esto es una locura.
- Probemos a ver. Le aseguro que cuando intercambiemos nuestras ropas, llaves y cartera, el uno pasará por el otro sin levantar la más mínima sospecha. La gente no se fija tanto como parece.
Marcos quedó pensativo.
Wednesday, April 28, 2010
Monday, April 26, 2010
SE BUSCA OTRA VIDA (I)
Le sorprendió el siguiente anuncio publicado en la prensa dominical: "INTERCAMBIO MI VIDA: Interesados llamar al 637 178..."
Era uno de esos domingos tontos en que Marcos había declinado la invitación de su chica de acompañarla a tomar algo con unas amigas. Había decidido quedarse en casa y remolonear a placer.
Estuvo buen rato mirando los deportes por la televisión pero a cada rato aquel extraño anuncio aparecía en su cabeza como un hombre que se niega a ser engullido por las arenas movedizas. A mitad de una película a la que no le estaba prestando la menor atención se decidió a descolgar el auricular. Le contestó una voz de varón que le explicó que no, que no se trataba de ninguna broma y le citó para el día siguiente en una cafetería.
- ¿Y cómo le reconoceré?
- Por eso no se preocupe. Yo lo haré.
Cuando regresó Marta no le comentó nada. Tampoc hicieron el amor, como tenían por costumbre los domingos.
Era uno de esos domingos tontos en que Marcos había declinado la invitación de su chica de acompañarla a tomar algo con unas amigas. Había decidido quedarse en casa y remolonear a placer.
Estuvo buen rato mirando los deportes por la televisión pero a cada rato aquel extraño anuncio aparecía en su cabeza como un hombre que se niega a ser engullido por las arenas movedizas. A mitad de una película a la que no le estaba prestando la menor atención se decidió a descolgar el auricular. Le contestó una voz de varón que le explicó que no, que no se trataba de ninguna broma y le citó para el día siguiente en una cafetería.
- ¿Y cómo le reconoceré?
- Por eso no se preocupe. Yo lo haré.
Cuando regresó Marta no le comentó nada. Tampoc hicieron el amor, como tenían por costumbre los domingos.
Friday, April 09, 2010
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