Wednesday, February 29, 2012
Wednesday, February 22, 2012
LOS HIJOS DE MAMBRÚ: PERDIDOS EN LA GUERRA CIVIL
Madrid-21 de febrero de 2012
¿En tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera? ¿Cuáles fueron los verdaderos motivos de la contienda fratricida? ¿Existió realmente la guerra civil o es un invento de historiadores de río revuelto? Son algunas de las incógnitas que Los Hijos de Mambrú NO pretende resolver…
Los Hijos de Mabrú es una ambiciosa serie on line de la productora Delamancha Films que retrata los avatares de cuatro milicianos del frente de Teruel transitando por la delgada línea entre la supervivencia y la deserción. En cada capítulo, los protagonistas se verán envueltos en situaciones difíciles, terribles o surrealistas, herederas de los mejores Berlanga o Cuerda. De ahí, que en palabras los directores, Oscar Parra y Mario Bravo, Los Hijos de Mambrú sea un hibrido entre La Vaquilla y la teleserie Lost. Todo tiene cabida en esta suerte de odisea turolense que se está rodando en escenarios exteriores de varios pueblos de la sierra de Madrid (Navacerrada, Cercedilla…). Escrita y dirigida a cuatro manos en complicidad con el elenco artístico principal, integrado por los actores Aitor Allué, Clemente Beltrán, Carlos Mestanza y Miguel Catarecha.
Los Hijos de Mambrú tendrá su puesta de largo on line (www.loshijosdemambru.com) e in situ en el evento del JUEVES 1 DE MARZO en "PICNIC" (calle del Pez, 36 - esquina con calle de las Minas a las 21:30h).
¡Os esperamos a todos en nuestro estreno oficial!
¡Hasta entonces podéis disfrutar del primer teaser del proyecto!
Wednesday, February 15, 2012
MUERTE EN LA NIEVE
Estoy muerto. Mi cadáver yace tumbado boca abajo sobre la nieve de una ladera del Puerto de Navacerrada. No estaba preparado para morir pero ¿quién lo está?
Estamos en la grabación de un capitulo de Los hijos de Mambrú (el proyecto de serie on line en el que me he embarcado gracias a la generosidad de mi amigo Óscar). Por necesidades de atrezzo tenemos que improvisar una secuencia con el cadáver de un militar y mi trenka del ejército alemán se alza como la mejor candidata. Me tiendo sobre la nieve, apoyando el rostro contra el suelo para dar verosimilitud a mi muerte. Intento contener la respiración pero a bajo cero los mecanismos de supervivencia se imponen a la voluntad y el frío me impide detener los pulmones. Confío en que las capas de ropa amortigüen la respiración y no estropeen la toma. Hay que repetir varias veces y mientras me congelo, pienso en lo que hago allí tumbado cuando podría estar calentito en una oficina: Ahí sí estaría muerto de veras, como tantos y tantos. Morimos en vida cuando renunciamos a cumplir nuestros sueños.
El viernes se cumplen 5 años de la muerte de mi padre (casi el mismo tiempo que llevaba sin acudir a un rodaje). Tumbado sobre la nieve recuerdo una de sus frases recurrentes: “¿Hijo, y por esto cuánto te pagan?” Sé que solo ahora sería capaz de entender mi respuesta: “Padre, si hubiera que ponerle precio, no habría dinero para pagarlo”.
Tuesday, February 07, 2012
HACIA UNA NUEVA EPISTEMOLOGÍA
Qué complicado tratar de observar el mundo cómo si lo hiciéramos por primera vez. Y sin embargo, estoy cada día más persuadido de que es un esfuerzo que merece la pena.
Cuando explicaba en mi entrada anterior mi renuncia a ejercer una inteligencia dominadora de la realidad, no sabía que días después me toparía con el concepto de filosofía no dual o advatia (estas cosas me pasan a menudo). En realidad, es un concepto que lleva tiempo persiguiéndome de un modo u otro pero que va tomando cada vez mayor importancia en esta nueva reescritura de la realidad que estoy llevando a cabo.
Si nos paramos a pensar… estamos perdidos. Qué complejo resulta que nuestro mejor aliado para el discernimiento termine transformándose en el mayor obstáculo para la evolución.
Todos fuimos niños algún día. Un niño es un devorador de realidades. Da gusto con ellos: todo es nuevo, estimulante y emocionante. Después ya se ocupan de neutralizarnos, sea en forma de percances, trauma o sistema educativo. En este proceso opera la memoria y el miedo. El recuerdo se convierte en miedo: al dolor, a la pérdida, a la indefensión o a la muerte. El miedo a repetir experiencias desagradables pudo tener una función biológica pero termina por convertirse en el mayor enemigo de nuestro espíritu. El recorrido es de mecanismo de supervivencia alojado en la agmídala a categoría intelectual limitante. Todos los prejuicios surgen del miedo a lo desconocido. Y este es un problema que me persigue desde hace años: Nos han convencido de la imposibilidad de un conocimiento desvinculado de la memoria pero de otra parte, el principal combustible de la memoria es la experiencia con sus prejuicios y perjuicios. ¿Cómo lo hacemos, entonces? Quizás no queda otra que entregar los mandos al sentimiento.
No son descabelladas las analogías entre física clásica y cuántica. El mundo racional es cómodo, cálido y confortable, sus relaciones son universales y estables. El intuitivo es susceptible de volverse un auténtico galimatías y eso asusta. Sin embargo, el pensamiento racional se agota y torna en corsé donde algunos nos amuermamos, nos deprimimos y morimos. No queda otra que buscar nuevos espacios por donde campar libremente; o tal vez, simplemente, regresar a ellos.
Coda para escépticos: ¿Cómo sabes que la intuición no existe si jamás la pones a prueba?
Thursday, February 02, 2012
SENCILLEZ
“Estoy decidido a mongolizarme” Lo cantaba Jorge Martínez al frente de Ilegales ya en las postrimerías del siglo anterior. En realidad, la canción no tiene demasiado que ver con lo que voy a explicar (pues era una sátira de la convenciones sociales) pero su estribillo me viene al pelo.
La cuestión es que he decidido renunciar a ser más listo que nadie: ni ser el primero de la clase, ni sacarme un máster dificilísimo, ni forrarme merced a una brillante idea que revolucione los mercados y estampe mi careto en la portada del Times… Mi deseo, cada día más, es ser simple, sencillo y casi tonto. Mostrarme sin necesidad de más vestimenta que la que me marque el ritmo del cielo.
Vivimos rodeados de listos de bolsillo, de expertos de la nada, de asesores en malabarismo… Han sido tiempos de sabiduría líquida, de esa que se amolda a las circunstancias olvidando su misión libertadora. Padecemos un conocimiento insípido aunque no inodoro: porque apesta. En las escuelas y sus diversas continuaciones en forma de universidad, máster o cursos de adocenamiento no enseñan sino prestidigitación,. simulación, apariencia, disfraz… Eso provoca que todos se crean los más listos, superiores, depositarios de una mayor gloria que cuando no se materializa provoca o bien frustración o la carrera de lemmings con meta en el precipio que es la sociedad actual.
Después de muchos años de escudriñar el baile uno ya está cansado de mascaradas. La vida dura poco como para despilfarrarla en tales lides. Estamos cerca del final de las concesiones, las risas por compromiso y la nada adornada. La crisis actual no es casualidad sino el cumplimiento inexorable de una Ley tan inexorable como el 2º Principio de la Termodinámica. Y por una vez, me tienta remar a favor de las corrientes (subterráneas) que promueven el cambio.
Y si no hay dinero ¿qué importa mientras haya vida? y si no hay prestigio ¿para qué lo necesito? y si no hay gloria será el trino de los pájaros de mi cabeza el que deje constancia de la gesta de estar vivo. A la mierda.