Donato amaba el orden y la simetría, tal vez por eso cursó estudios de Geología. Las piedras eran lo más sólido, seguro e inmutable que había encontrado en su devenir. Gustaba de calmar sus nervios paseando por el campo en pos de algún ejemplar interesante. Y de cuando en cuando, encontraba una roca ideal para descansar, se tumbaba sobre ella y reflexionaba sobre la solidez en estos tiempos de plástico y pladur. Cuando así se encontraba, si su meditación era interrumpida por algún motorista surcando la campiña a todo trapo, apenas podía reprimir el deseo de apedrearlo.
3 comments:
jajajaa qué bueno!
vaya personaje!!
Jejeje, las piedras, ese gran amigo. A una persona la estampas con otra y se enfada, sólo las piedras se dejan llevar.
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