Es frecuente, en estas fechas veraniegas, cruzarse con personas cargando sus maletas. Al toparme con ellos, amén de la envidia malsana, suelo preguntarme si habrán disfrutado preparando sus equipajes. Y es que hacer las maletas es el primer y más puro placer de las vacaciones; es ejercer la potestad del deseo. Cada prenda u objeto escogido significa una plegaria a los dioses: no es lo mismo añadir el bañador que un chubasquero o calzado cómodo en lugar de una corbata. Sólo en estos instantes, nuestras vacaciones son aquello que deseamos sean. Después, la realidad ya se ocupará de poner las cosas en su sitio, haciéndonos añorar la cazadora que dejamos en casa cuando esperábamos disfrutar de unos días de sol y playa.
Aún no lo he probado pero, este julio que permanezco secuestrado en Madrid, voy a dedicar una tarde a imaginar el viaje más apetecible y a preparar la maleta por el mero placer de hacerlo.
9 comments:
Pues yo también.
Me ha parecido genial el plan, hacer maletas!!!.
Esta tarde voy a hacer una para Canadá, ya sabes que me muero por ir.
Lo primero será meter un mapa de carreteras para no perderme intentado llegar a Cicely, sé que me están esperando y lo que menos me gustaría es perderme.
Besos.
Prometo mandarte una postal
yo soy de los de lista para hacer la maleta, lo mejor y mas util que aprendi en los scouts je je
Jo, pues yo odio hacer maletas, me parece muy aburrido aunque sea para irme de vacaciones. Nunca me preparo lista, siempre lo meto todo sobre la marcha y siempre me suelo dejar algo, aunque no sea muy importante. Será que no me gusta porque siempre estoy con la maleta "parriba y pabajo", por rollos de curro.
Besotes
Yo lo mismo más o menos... desde pequeña me pasé cada fin de semana de un lado para otro. Soy toda una profesional de hacer maletas, sé lo que hay que meter desde toda la vida,e tc.. en fin que para mí no es un momento muy emocionante.
Pero pese a todo, hay algo que siempre se me olvida y es el pijama. Yo estoy convencida de que esto tiene que tener alguna explicación psicológica o... algo.
Un beso.
A mi también se me olvida siempre el pijama!!!
Jeje, a mí me pasaba antes, ahora siempre llevo algo cómodo para dormir, eso sí: se ve que no acabo de esperar tener tanta intimidad como en casa, porque casi nunca es propiamente un pijama.
Qué envidia lo de ir al verdadero Cicely! Aunque lo tengo tan mitificado que me daría casi miedo ir, ahora que lo pienso.
Y lo de hacer la maleta aunque no viajes me parece buena idea, pero luego habría que deshacerla, ¿propones que se haga inmediatamente o dejar pasar unos días como si una parte de ti estuviera por ahí? :-)
Absolutamente cierto; para mi el placer del viaje empieza desde los días anteriores en que voy apartando las prendas que quiero llevar, para que estén listas para el equipaje.
Y también es cierto que hacer una maleta está bien, pero ¡hacer una mochila para irse de acampada, eso es lo mas, mas! Es sentir ya el olor del humo al coger el jersey que necesitarás junto a la hoguera por las noches, y anticipar el calor del mediodía al meter el gorro...!
Hacer la maleta despacio, prolongarlo, recrearse en ello. Es importante no olvidar nada necesario. También vamos rellenando sin notarlo un saco de ilusiones. Viajar es caminar al encuentro con lo desconocido o puede significar retornar en busca de algo que dejamos y que ya no vamos a encontrar. El problema es que nuestra vida no se repite, nunca nos da una segunda oportunidad y por eso cometemos tantos errores.
En mi familia siempre se han tomado a risa la enorme cantidad de días que yo le dedicaba a hacer las maletas pero eso era antes: ahora mis maletas se hacen con rapidez... "porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos" ya lo dijo Machado.
"porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos" ya lo dijo Machado.
En realidad fue Lope, apunto.
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