Con un algodón desprendía el maquillaje que, cual armadura, la protegía en su representación diaria: simular interés por su trabajo, sonreir a los clientes y soportar a su jefe. Entonces, inspiraba aire para atacar, a cara descubierta, la interpretación más difícil de la jornada: fingir que aún amaba a su esposo.
7 comments:
espero, al menos, que se echara un amante!
Como cantan Hello Cuca: No es lo que haces sino a quién le dejas verlo,,,
No sabe lo que disfruto sus lineas Sr, BRAVO !!!
pero macho...
¿Cuándo la beatifican?
si no se ve, pues no hay hay ay ay ay ay
Y si es en otro país no cuenta!
Post a Comment