Desde hacía meses, coincidían cada mañana en el mismo vagón del metro. En ocasiones, ella se retrasaba y él esperaba en el andén hasta que llegaba. Dentro del vagón se miraban intensamente a los ojos durante todo el trayecto. La tensión sexual era tan palpable que, de no ser por el resto de viajeros, se abalanzarían el uno contra el otro. Por fin, una mañana se armó de valor y decidió abordarla:
Rozó suavemente su hombro y le dijo– Hola, mi nombre es José Andrés.
- ¡Deja de acosarme de una vez , pirado!
5 comments:
Ja ja, encima se llama José Andrés, que a mí, no sé por qué, me tiene un retintín de cosamala :)
Por cierto muy bello el cambio de look!
Después de un año y pico era necesario pintar las paredes y colgar algún guadro. Muchas gracias.
Nada es lo que parece. Hay decisiones que hay que tomarlas mucho antes y de forma más inteligente.
El cambio de look del blog es muy acertado. Con un fondo verde de efectos relajantes.
Pues sobre anédotas como ésta que te voy a contar que no sepas ...jaja.
Me encanta el restilying!!!
Post a Comment