Me sorprenden las pocas reacciones que ha despertado el anuncio de inyectar dinero público a la banca. Esto me parece a mí mearse en las reglas del juego que al resto de ciudadanía tanto esfuerzo nos cuesta cumplir. Empiezo a echar de menos a Robin Hood.
7 comments:
Marx se tiene de estar descojonando en la tumba..
y es que no hay nada inamovible...todo fluctúa, hasta los consensos sociales...todo eso que nos han transmitido y convertido en dogmas gracias a la repetición, a lo mejor es que no nos vale y hay que aprender a buscar otra cosa!
está bien que todo fluctue pero que lo haga para todos ¿no? A mi esto me parece como reservar los botes salvavidas del Titanic para los pasajeros de preferente. ¡Las mujeres y los escritores primero!
... Y los niños al final con una piedra al cuello, ¿no era así?
Yo quiero que se vaya todo el sistema económico a la porra, a ver qué pasa... Sé de muchos que estarán contentos, "igual un mes de éstos no tenemos comida pero por fin se demuestra que el capitalismo no funciona". Y lo entiendo perfectamente, oye...
En cualquier caso son las cuatro y creo que empiezo a pensar con poca claridad, me voy al sobre.
:)
Pues a mí me da que visto lo visto, Raquel, ha conseguido perpetuarse de un modo acojonante y en el que da más miedo que nunca. Desde luego, lo que me queda a mi de todo esto es la confirmación de que legislativo, ejecutivo, y judicial no son sino titeres al servicio del poder financiero. Y la población a verlas venir y a agobiarse porque no puede pillarse la Play3.
Jo, pero a estas alturas necesitabas más confirmaciones??? De qué? de que nos han estado tomando el pelo? de qué te dejas tomar el pelo? Puedes pensar que es como un circo, en donde puedes ser el mono en patines, el payaso o el taquillero. Pero es que a lo mejor nadie te obliga a vivir en él. Inyecciones de dinero del estado para la banca? Pues claro! dónde está firmado, en un sistema que usa dinero, que no se puede hacer?
David, te agradezco el comentario pero ¿dónde está la salida del circo porque yo no la veo? Salvo que me decante por irme a vivir a una cueva y pastar hierba para lo que ya me veo mayor. No sé, tío, a lo mejor es que he pecado de ingenuo pero uno pensaba que no se podían saltar a la torera ciertas normas si no era pasando por la revolución. Pero esta visto que como bien pronóstico Pessoa, no existe mayor anarquista que el banquero.
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