Ayer unos terroristas asesinan a un empresario del PNV, Ibarretxe aparece mas que preocupado por el crimen porque era “uno de los nuestros”. Por la noche reviso la película El Hundimiento que recrea los últimos días de Adolf Hitler.
En todo proyecto fanático hay un líder de carácter sicópata, apellídese Hitler, Stalin o Arana: su nula capacidad de empatía propicia la justificación de los crímenes más abyectos en aras de una ideología. El sicópata es la chispa que arranca el motor, pero detrás de él encontramos una masa humana que se ocupa engrasar la maquinaria, sin la que el dictador nada sería. Lo lamentable es que las motivaciones de los cómplices son mucho más mundanas que la visión de su líder. Al final lo que inunda la historia de cadáveres es que una secretaría anhela un puesto de trabajo mejor, un funcionario que quiere administrar los fondos públicos en su provecho o un soldado no desea que su hijo crezca en un país que ha perdido la guerra. Y para ello no dudan en eludir el horror, del mismo modo que se esquiva la mirada del indigente que está tirado en la acera.
Yo mismo he departido con abundantes tipos de ideología nazi, trotskista o nacionalista. En mi descargo solo puedo decir que los considero desactivados: sus discursos no son sino una pose para disimular, bien pereza intelectual, bien otra clase de carencias. He escuchado razonamientos perversos ante los que la única opción hubiera sido zanjar relaciones con tales individuos pero, qué quieren, eran chicos simpáticos, incluso buenas personas. Me desazona pensar en lo que habría de hacer si alguna de estas ideología tomaran cuerpo más allá de las palabras. Tengo mis dudas de si los enfrentaría o imitando a Henry Miller haría las maletas para continuar mi vida en otra parte.
En lo musical, siempre me gustaron e incomodaron Kortatu, su música era buenísima pero el “euskal presoak…” coreado en sus directos me ponía de muy mala leche. Algo parecido me sucede con el reciente difunto Mikel Laboa: cuando la estética no cuadra con la ética al final mi cabeza cortocircuita. Porque en el caso vasco ya no hablamos de acaloradas discusiones de taberna sino de crímenes. Hoy la portada de El Mundo recoge la imagen de los compañeros de partida de cartas del empresario asesinado ayer: continúan jugando a las cartas como si nada hubiera sucedido. Qué quieren, a mí una sociedad tan corrupta me asusta casi más que los terrorista.
3 comments:
la de años que nos creimos que aquella cancion del AZKEN GUDA DANTZA llevaba los pitidos a proposito en la cancion
Con respecto a los ideologos de las corrientes nazis, stalinistas y tal, lo que he comprobado después de muchos años de documentación es que eran territorios gobernados por locos, en los que los ciudadanos se lo tomaban más en serio que ellos. Lo que viene siendo ser más papista que el papa.
El hecho de que hoy en día alguien sostenga esas ideas está tan obsoleto como si yo me cuelgo el cartel de jacobina.
Con respecto a ETA. Qué pena me da.
Besos
Pues si.
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