Dediqué los noventa a detestar a los Australian Blonde y su insufrible chup-chup-chup de las narices. Por eso no preste la mínima atención a las escisiones surgidas tras su disolución. Sin embargo, la insistencia de mi hermano me hizo hace poco meses reconocer el talento desplegado en, los ya extintos, La Costa Brava y ahora descubrir el trabajo en solitario de Francisco Nixon. Lo recomiendo.
5 comments:
Gran descubrimiento, desde luego.
Yo tb adoro a las pijas de mi ciudad.
Me encanta! Sobre todo la segunda.
Por cierto me han dicho que somos vecinos de piso-oficina :)
Sííí...Habrá que aprovechar la vecindad para tomar unas cañas cualquier día de estos, no?
Jejeje, cuando usted guste nos tomamos algo y nos vemos las caras :)
Algora y Nixon, punto y aparte. Viva lo naïf!!!
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