Hoy escribo sobre una película poco recomendable… Y no porque carezca de interés o talento artístico, sino porque resultará aborrecible a cualquiera que no se encuentre muy interesado en sus tesis….
Un método peligroso es la última de Cronemberg, y explica las relaciones, primero de amistad después de abierta hostilidad, entre los psicoanalistas Freud y Jung. Habría de visionarse armado con papel y lápiz de lo bien que está explicada.
Hoy muchos se permiten ningunear la figura del vienés y su teoría como algo superadísimo, quizás en un movimiento de descenso pendular, tan injusto como lo fue su ascenso durante décadas. Toda corriente psicológica es, por necesidad, hija de su momento (dado que no posible investigar algo que no se manifiesta) y el psicoanálisis freudiano no escapa a esta máxima. Pero hay un abismo entre afirmar que Freud era un reprimido y un obseso e invalidar los frutos de su obsesión: principalmente la idea del subconsciente (piedra angular sobre la que se edificaron algunas de las más interesantes reflexiones del siglo pasado). De no existir Freud, el pensamiento jungiano hubiera tardado bastante en manifestarse. Sin la idea de inconsciente, sería complicado el salto al inconsciente colectivo: uno de los detonantes del conflicto entre el maestro y el que era, hasta entonces, su discípulo aventajado.
Aunque en términos narrativos está justificado el factor “conflicto”, si uno asiste a la película medianamente documentado y mantiene la objetividad sin tomar partido, resulta una brillante exposición sobre cómo surgen las ideas. De cómo, en aras del conocimiento, las partes han de perder protagonismo para integrarse en el todo, superándose conceptos que resultaron herramienta imprescindible para alcanzar ciertas cotas.
Del pensamiento jungiano, emana la corriente más fascinante de conocimiento que servidor maneja actualmente: Aquella que, trascendiendo el sujeto, deja atrás el ego (tarea y lastre) y se adentra en el territorio de la conciencia. Un área de inmensidad e intensidad infinitas que, estoy convencido, se trata de nuestra próxima frontera. No es casualidad (nada lo es) que unas entradas más abajo, colgara una conferencia de Manuel Almendro. Fascinante, ya les digo.
2 comments:
Pues chico, yo tengo unas ganas locas de verla (y no sólo por el Mortensen, ojo). A ver si estas navidades hay suerte. Me has picado la curiosidad.
Es algo sesuda pero bastante interesante... pero ha sido mi año de máster en psicología con lo cual me pilló con la lección recién estudiada.
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