Uno, que andaba en vías de abandonar sus posiciones ácratas e individualistas, vuelve a mirar con recelo cualquier modo de organización colectiva como potencial foco de tiranía y no puedo descartar, en absoluto, que en un futuro cercano se inauguren Museos del Horror en los que se exhiban portadas de La Razón o discursos de Rosa Regás.
Wednesday, August 29, 2007
AFTER BOLCHEVIQUE
Regreso de un periplo por el país de los (ex) soviets con la constatación de que el monopolio de la violencia por parte del Estado es el elemento sobre el que se articula todo fascismo. Resulta revelador comprobar in situ como los mecanismos de propaganda, represión y censura se asemejan tanto en los diferentes bandos. El control de la población, a través del terror, ha sido la principal estrategia empleada por todos los regímenes totalitarios. Lo cual me hace plantearme una duda inquietante ¿es dicho comportamiento exclusivo de los gobiernos ilegítimos? ¿Hasta qué punto nuestras asépticas democracias no heredan los modos de aquellas demonizados dictaduras? ¿Es el fascismo una característica inherente al Estado?
Como, desde hace un tiempo, estoy intentando ser positivo quiero pensar que nos estamos organizando; que estos tiempos que nos han tocado no son sino un episodio más en el libro de la humanidad hacia Utopía, y que si tal y que si Pascual… Porque basta con andar un poco despierto para comprobar que la estrategia del miedo sigue tan vigente como entonces (a la inseguridad, a la enfermedad, al extranjero…). Y aunque las maneras sean algo más amables ¿alguien tiene la certeza de que lo que aparece en los medios no es pura propaganda? ¿y de que la justicia es justa? ¿o que las fuerzas de seguridad no ejercen violencia gratuita?
Uno, que andaba en vías de abandonar sus posiciones ácratas e individualistas, vuelve a mirar con recelo cualquier modo de organización colectiva como potencial foco de tiranía y no puedo descartar, en absoluto, que en un futuro cercano se inauguren Museos del Horror en los que se exhiban portadas de La Razón o discursos de Rosa Regás.
Uno, que andaba en vías de abandonar sus posiciones ácratas e individualistas, vuelve a mirar con recelo cualquier modo de organización colectiva como potencial foco de tiranía y no puedo descartar, en absoluto, que en un futuro cercano se inauguren Museos del Horror en los que se exhiban portadas de La Razón o discursos de Rosa Regás.
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4 comments:
ESTE ARTICULO CUANDO SALE EN EL "MOLOTOV" QUE ME LO COMPRO!
VIVA LA COCACOLA!!!
Rosa Regás es inofensiva: no pasará a la historia por haberle hecho daño a nadie. A mí me parece una mujer que ha tenido que luchar mucho. Por la edad que tiene y la educación que recibió habría sido una más de entre los millones de amas de casa y, sin embargo, consiguió soltar amarras. Es ya abuela y me gustó mucho una frase suya que dice (más o menos): "Cuando necesites que alguien te eche una mano, acude a la única que jamás te fallará, a la que estará siempre dispuesta a ayudarte: es la que está al final de tu brazo."
Ahora, si me permites, entro un poquito en el tema de Rusia. Estamos al cabo de la calle, la dictadura del proletariado no fue la de los proletarios porque ellos fueron engañados, abusados y eliminados. Aquel paraíso del que estaba prohibido salir, olía a podrido y como, por otra parte, dominar a un pueblo no es tarea fácil, se organizan toda una serie de eslabones conducentes a "convencer" a los disidentes de que no hay otra escapatoria que la muerte o la aceptación de que el sistema es el mejor de todos. Queda establecida la premisa de que el sistema es perfecto sólo son malos los que gobiernan.
Vuelvo porque me he quedado con ganas de decirte algo. Afirmas que has abandonado tus ideas ácratas. Puede que retornes porque, al final, sea lo único defendible en el campo de las ideas políticas.
¿Conoces "Los orígenes del totalitarismo" de Hannah Arendt?
Tonterias, tonterias.
Tratas de colocar en la línea del fascismo a esa práctica política que lo eliminó de centroeuropa. ¿Para qué nos enseñan historia?
Una cosa es la manera de hacer las cosas, que es lo que se puede criticar perfectamente y otra meter en el mismo saco a dos ideas opuestas.
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