Thursday, November 29, 2007

ENVEJECER

De pequeño, mi padre siempre me abroncaba cuando, aburrido de un viaje, me dedicada a dibujar sobre el vaho que proyectaba sobre los cristales del coche. Esta mañana, me he cruzado con un viejo que, a primera hora, dibujaba monigotes con su bastón sobre la escarcha con que amanecen las lunas antisuicidio del viaducto. Y me ha parecido un modelo a imitar.

4 comments:

Patrice said...

A mí también me reñían por eso, y todavía no acabo de entender bien por qué!

miss lisbon said...

Uhmmm, dulce relato.
Como Una Historia Verdadera.
Que rico para una tarde de viernes

Unknown said...

Jo qué bueno, me encanta la última frase.

Franziska said...

Las normas impiden la libertad.
La libertad no se recupera hasta que se está lo suficientemente fuerte como para romperlas.

Ese anciano ha tenido que esperar mucho tiempo.