Leo en el blog de Raquel algo muy inspirador: “Quizá es porque la vida es menos compleja -y más valiosa- de lo que he pensado siempre...” Viene a cuento por algo que vengo rumiando desde hace mucho tiempo: la certeza de ser irremediablemente tonto; al respecto, el título de mi blog ya es todo un aviso para navegantes. Lo que los demás obtenían con naturalidad y alegría, a mí me costaba un calvario. Quizás por eso empecé a leer y a pensar. A pensar tonterías, claro.
Hay un episodio de los Simpsons en que un tal Frank Grimes, el pobre, lo tiene todo en contra. Grimes es un hombre hecho a sí mismo con enorme esfuerzo y en continua lucha contra la adversidad. Cuando entra a trabajar en la central nuclear, se lleva las manos a la cabeza al comprobar todo lo que a Hommer le ha regalado la vida, siendo un patán, tosco e inculto. El episodio es de mis favoritos porque, secretamente, algo me identifico con el pobre diablo. Por otro lado, en ocasiones pienso que si me hubiera enfrentado a la vida con la actitud despreocupada y pastueña, que tan buenos resultados reporta en otros, servidor estaría, a estas alturas, bastante jodido.
Pensando no se llega a ná ironizaba Josele en una de sus canciones y a veces pienso que es cierto. La de vueltas que le damos a los asuntos de la vida para llegar al mismo punto que el resto, pero por el camino más largo. Quiero soñar que con ello se obtiene una clarificadora visión panorámica, pero cada día me lo creo menos. Precisamente porque la experiencia demuestra que mis mejores momentos, aquellos que podría calificar de plenos, casi extáticos, en los que el tiempo se detiene y te quedarías allí a vivir, suceden sin mediación de pensamiento o estrategia alguna.
Tal vez, en realidad no seamos sino émulos del Mago de Oz y necesitemos parapetarnos bajo una envoltura monumental para disfutar de una película, un paseo por el campo, una noche de conga o la compañía de las personas que amamos. Tal vez. En mi descargo solo puedo argumentar, igual que Jessica Rabbit: “…me dibujaron así”.
6 comments:
Bueno Mario, sólo puedo decirte que cada uno es como es ¿no?
A veces si que da rabia que a la gente que peor hace las cosas la vida le sonría y seamos siempre los mismos tontos los que fracasemos estrepitosamente una y otra vez. Pero creo que tanto fracaso en la vida nos hace disfrutar mucho mas de nuestras escasas victorias...No se si me explico...
En fin ahi queda eso. Un saludo!
Gran honor...
Pensando no he aprendido nada, decía Hermann Hesse en la cita de Miguel... si es que los cantautores y los filósofos vienen a ser lo mismo, gente ingeniosa que consuela a los que nos comemos la cabeza :)
Yo siempre he pensado eso de que yo llego a las cosas más naturales por caminos más intrincados que el resto, me identifico mucho con lo que dices. Aunque con el tiempo he decidido que a los demás tampoco les es fácil vivir, ni siquiera a los que me parecen más afortunados. De hecho creo que últimamente habrá gente que cuando me conozca tendrá la sensación de que a mí no me preocupa nada y de que debo de ser algo "inane mental" (en palabras de Hamsun), por sonreír tanto...
Oye, pues las tonterías que pensaron unos cuantos se consideran filosofía.
Lo que quiero decir con esto es que todos en el fondo pensamos continuamente tonterías. Y la mejor postura que se puede adoptar en esta vida es la crítica.
Y ya que estamos... ¡qué pienses muchas tonterías más!
Un saludo
Pensar como punto de partida, no como meta.
Punset, en Viaje a la felicidad, dice algo así como que los humanos estábamos programados para vivir 30 años, pero la calidad de vida, la medicina y tal , nos han lanzado a vivir más de 80, de tal manera que nos han dejado descuadrados por lo que tenemos que reinventarnos para conseguir la felicidad, ya que todos los tiempos y pautas se han variado, sobre todo en Occidente, pro lo que es facilísimo que nos sintamos vacíos. Por eso hay que pensar, para ver qué se hace a partir de ahora.
Está bien la teoría de Punset y más en mi caso: a partir de los treinta he comenzado a hacer cosas insólitas como fundar una empresa o plantearme la posibilidad de abandonar Madrid. Qué curioso
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