Wednesday, August 19, 2009

SEMÁFOROS DE DUBLÍN

El tráfico dice mucho de los habitantes de una ciudad. Por ejemplo Roma es la tierra prometida de los fabricantes de pastillas de frenos. Cruzar un paso de cebra es una prueba de fe mayor que el salto al vacío de Indiana Jones en la Última Cruzada. En España el semáforo marca marcialmente la norma. Somos así los españoles, funcionamos a golpe de corneta y cualquier laxitud en las normas es utilizado en provecho de la picaresca. Resulta sorprendente la cantidad de países en los que no hay que validar a la entrada el billete en los transportes públicos; en España esto sería impensable: viajaríamos todos de balde.

Es lo que tienen los amores apasionados. Mi anglofilia provoca que hasta me parezca bien que conduzcan al contrario que el resto del mundo. En Irlanda también se conduce por la izquierda pero al contrario que en el modelo londinense (cercano al español: se cruza cuando la maquinita te lo indica), a la hora de cruzar se establece un convenio entre peatón y conductor. El tiempo que el semáforo dicta para cruzar de acera es mínimo. Sin embargo, antes, después e incluso durante el periodo en que está rojo, el peatón pasa, los coches se detienen y nadie grita ni acciona el claxon. Qué quieren, descubrir estos detalles es lo que más me gusta de viajar.

El primer día de aterrizar en Dublín parecíamos unos pasmarotes cada vez que llegábamos a un semáforo. Al principio tienes que ir con cuidado porque la costumbre te lleva a mirar hacia el sentido contrario y hasta que descubrimos la manera de cruzar a la irlandesa, nos tirábamos un buen rato esperando, a que el semáforo nos diera paso. Era fácil distinguir entre turistas, pasmados, y autóctonos que cruzaban alegremente mientras el tráfico se detenía a su paso.

Ya he comentado lo vivible que me resultó Dublín. Creo que algo tiene que ver la ausencia de metro pero también con el carácter, con esa cortesía que permite un acuerdo amable entre peatón y conductor sin necesidad de que unas máquinas pauten su conducta.

Semaforos de Dublín, me habéis llegado al alma. ¿O acaso estábais en el fondo de ella?

1 comment:

poluzza said...

el primer dia y el ultimo, que yo me fui de dublin sin cruzar sin sobresaltarme