No he ocultado en ningún momento a los lectores del blog lo que ha supuesto mi batalla de estos meses contra la depresión. Una dolencia de esas que, como escribí en otro post, pensaba que les sucedía a otros. Esta falta de previsión hizo que tardara en reaccionar pero cuando lo hice ha sido con mucho esfuerzo y determinación. Este último periplo está resultado una experiencia muy enriquecedora que me ha obligado a reescribir mi vida y mi modo de interpretarla.
Llegar prácticamente virgen al campo de la psicología (que poco menos calificaba de filosofía barata) ha supuesto hacer acopio de muchos conocimientos a fin de comprender lo que me estaba sucediendo. Han caído en mis manos libros muy sabios y otros no tanto. Discriminar el grano de la paja y contar con la ayuda de amigos y profesionales me han facilitado mucho el camino.
Una de las lecturas más interesantes fue el libro Miedo a la vida que me recomendó David. En él se analiza (cierto que muy condicionado por la coyuntura de la época y el tan en boga, complejo de Edipo freudiano) acerca de la represión de sentimientos en las sociedades modernas. En el proceso represivo que se nos exige para incorporarnos en la sociedad se encuentra la raíz del malestar del hombre moderno. En una torpe estrategia orientada a evitar la colisión entre los deseos individuales y los colectivos terminamos convertidos en una “olla exprés” emocional expuestos a una implosión permanente. Parece que no hubiera sino decidir el conflicto, la anestesia o el sufrimiento.
En breve, voy a hacer público un ensayo que excede el formato inmediato del blog. Ya veré como lo saco a la luz. Se trata de un tratado sobre las emociones y en él planteo mi experiencia sobre estos procesos psíquicos tan determinantes en el control de nuestras energías y motivaciones. Cierto es que, de un tiempo a esta parte y gracias a la popularización del concepto de Inteligencia Emocional, estas han irrumpido al primer plano. No obstante, y después de una lectura bastante intensiva de las principales obras al respecto, me queda la sensación de que estamos explicando cómo realizar juegos malabares sin terminar de entender lo que es la fuerza de atracción gravitatoria, esto es el motor que los hace posibles.
No comments:
Post a Comment