Era tan evidente que debía exprimir la vida, gozarla hasta sus últimas consecuencias, que sólo después de muerto supo apreciar las virtudes de la quietud.
P.S. Adaptación libérrima del poema de Jaime Gil de Biedma:
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
6 comments:
Entonces...
Mejor hacerlo con estilo!
Bueno... hay más detalles en el argumento... ¿no?
Ay, qué deprimente me suena. No es el único argumento, aunque sí el único final de la obra. Lo que cuenta es llegar a ese desenlace satisfecho y en paz, con los demás y consigo mismo.
SIEMPRE A TOPE VICENTIN! SIEMPRE A TOPEEE
Bravo, Bravo.
Es una de las mejores cosas del autor. El autor eligió un camino muy difícil: en los tiempos que le tocó vivir, era terrible ser homosexual. Era un apestado social.
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