Me embarga estos días cierta sensación de déjà vu: no es la primera vez que soy testigo de cómo,cuando el tiempo arrecia, los gallos cesan en su cacareo mientras los discretos sacan pecho.
Una de las primeras lecciones que aprendí de crío fue la desconfianza en los discursos si no vienen avalados por los hechos. Tal vez, por esto nunca me interesó la metafísica. Siempre intento distinguir entre lo que oigo y lo que veo; y en caso de duda siempre tomar partido por lo segundo.
A lo largo de la vida he tenido la desgracia de toparme con demasiados discursivos: personas que, sin ser invitadas, me dan la murga hasta la jaqueca y después se deshinchan a la hora de medir sus palabras con la realidad. Ahora, solo pido que me dejen en paz; pero cuando les veo recular frente a las circunstancias, apenas puedo reprimir el deseo de recetarles una lavativa con sus banderas del Che.
5 comments:
uy uy uy... este texto me ha recordado a muchas personas que conozco/conocemos pero que no voy a poner nombres para no enturbiarte el flog! ja ja
he venido por un link que he visto en un fotolog de una niña llamada polucha!
toma ya! me ha salido la negrita! menudo hermano informatico tienessssss
Tienes toda la razón, cuanta palabrería engalanada hay por ahí, y a la hora de la verdad, que poco demuestran. Grandes decepciones nos han tocado vivir con este tipo de personas. Prefiero a esa clase de gente que a priori parece un poco parca e incluso algo fría, pero que, llegado el momento, no te traiciona o no traiciona aquello que proclama o de lo que presume. Y además pueden hacer mucho mucho daño.
Un beso muy fuerte
Como eso que dijo Goethe... "No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer"
O mejor aún, como dijo Lawrence... "Soy lo que soy, no sólo lo que me imagino ser"
;)
jejeje me recuerda a esa gran canción de Battiato"Bandera Blanca"
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