Monday, January 14, 2008

RAY: EL RAYO QUE NO CESA

En realidad, esto no es un artículo, sino una declaración de amor. Hay personas que te marcan de por vida y servidor le debe tanto a Ray Davies que el único modo en que podría saldar mi deuda es seguir escuchando su música a través de los años. Culpa suya son mis bailes más frenéticos, mis amores más intensos y mis tardes más melancólicas. Poco me preocupa que algunos no los consideren como la gran banda que fueron. Para disgustos ya se inventaron las radiofórmulas. Pero hubo un tiempo en que The Kinks sonaban ¡y cómo! en las radiofórmulas. Eran tiempos mejores, qué duda cabe.

EL “RIFF” QUE LO CAMBIÓ TODO
No había mucho que rascar en el suburbio londinense de Muswell Hill durante la década de los sesenta. La población deambulaba de la fábrica a casa, pasando por el pub, mientras uno de sus vástagos, de nombre Raymond Douglas Davies, se las arreglaba para componer, en el piano familiar, “You really got me”, uno de los hits más versionados de la historia de la música pop. Su célebre riff es obra de su hermano, Dave, con el que recientemente había fundado The Kinks. Anunque, hasta el momento, la trayectoria de la banda podría definirse de errática (algunos singles estilo Merseybeat y una versión de Little Richards), The Kinks no iban a conformarse con eso. Atravesando con una aguja de punto el amplificador de su guitarra, encontraron el sonido que andaban buscando para The Kinks. Peter Quaife y Mick Avory completan la formación de una de las mayores fábricas de singles de la historia y firman discos gloriosos. “Kinks”, “Kinda Kinks” y “Kontroversy” son discos potentes, de aroma garagero, una sucesión de melodías eléctricas capaz de producir la mejor de las adicciones, pero la carrera no había hecho sino comenzar. Y “Face to face” y “Something else”, sus siguientes trabajos, lo confirman. La colección de éxitos por minuto es de vértigo: “Sunny afternoon”, “Waterloo sunset”, “Autumn almanac”, “Well respected man”… no caben mejores credenciales.

LAS JOYAS DE LA CORONA
Tras el preceptivo disco en directo (“Live at Kelvin Hall”), Ray Davies podía haberse dormido en los laureles, pero su inquietud le lleva a firmar dos obras fundamentales de la banda: “The Village Green Preservation Society” (1968) y “Arthur or the decline and fall of the British Empire” (1969). Discos maravillosos e imperecederos, donde dan rienda suelta a sus obsesiones tan británicas, tan proletarias, tan humanas. El primero es una burla, en forma de homenaje, a esa tradición británica de la que, gusten o no, forman parte. Como ya es habitual en Davies, lucidez y nostalgia en estado puro. De Arthur se dice que era la banda sonora para un telefilm que nunca se llegó a rodar: el disco retrata la vida agridulce de un Juan Nadie británico y se desgrana en joyas costumbristas como “Victoria”, “Nothing to say” o “Shangri La”. Después vendrían “Lola vs. Powerman and the Money go round” (que incluía su celebérrimo y coreado Lola) y “Muswell Hillbillies”, su particular tributo al blues y uno de los disco favoritos de quién esto firma.

THAT´S ENTERTAINMENT!
Al final todo artista tiende a, eso que tan mal se les daba a los Ramones, evolucionar. Y tras tocar tanta cumbre, cunde el desconcierto cuando Davies y los suyos se pasan parte de los setenta enredados entre el vodevil y la ópera rock. Afortunadamente, su fina ironía le impide despegar los pies de la tierra y entregarse a visiones mesiánicas, estilo “Tommy” de Thownshend o “The Wall” de Waters. Son los años de “Preservation”, “Schoolboys in disgrace” o “Soap opera”. La gráfica de genialidad desciende pero, en toda la obra de Ray Davies, puede rastrearse su mirada, heredera de la de Dickens o Chesterton. Y las melodías, que salvan a la banda de la catástrofe total durante los confusos ochenta, cuando el sonido de The Kinks ya en poco recuerda al de sus días de gloria, escorándose peligrosamente hacia el A.O.R. Admito que disfruté con “Sleepwalker”, “State of confusión”, “Think visual” o “U.K. Jive” pero no recomendaría a nadie que se introdujera en la discografía de la banda por la puerta de salida.
En 1993 “Phobia” supone el canto de cisne The Kinks. Un disco que abunda en el estilo elaborado que han practicado durante su última etapa. Un digno cerrojazo, con una colección de canciones que merecían más atención de la que obtuvieron (ninguna). “To the bone” aparecerá años después como recopilatorio oficial, a base de versiones de éxitos atemporales. Como reza el poema, siempre quedará la belleza en el recuerdo.

HOMBRE SOLITARIO
Ray Davies desaparece un tiempo, para regresar con un libro bajo el brazo: “X-Ray” su propia “biografía no autorizada” y se sube a los escenarios para leernos algunos párrafos de la misma. Naturalmente, ameniza a la platea con parte de su clásico repertorio en formato mínimo, de una o dos guitarras, lo que no fue óbice para que, en su recital del Palacio de Congresos de Madrid, más de un espectador (entre los que me cuento) terminara literalmente de pie, saltando sobre la butaca.

Después del revival, nuevo silencio creativo. Se tienen noticias de sus frecuentes viajes al sur de Estados Unidos, donde conocemos que ha sido víctima de un tiroteo en plena reyerta callejera. Todos nos preguntábamos qué buscaba Ray a orillas del Misisipi, pero hasta 2006 no muestra los frutos de su inmersión sonora. En “Other people´s live” se pueden, efectivamente, rastrear los ritmos de Nueva Orleans y ciertas sonoridades latinas, incluyendo algunas estrofas en castellano. De nuevo, un buen disco, de sonido algo denso pero coherente con su trayectoria de genial letrista y melodista. Algo debe andar moviéndose dentro de la cabeza del artista para que, en poco más de un año, nos entregue este “Working man´s café” que no es sino la continuación del anterior, con una producción más acorde al género rockero, de aires sureños, que ahora practica. Que sea por mucho tiempo.


(Versión integra del artículo publicado en el último número del periódico Diagonal y que tuvimos que acortar por motivos de maquetación.)

3 comments:

Miguel B. Núñez said...

Guapo repaso y gran declaración. Lástima que en la prensa estas cosas siempre acaben recortadas, pero para eso están los blogs.

David said...

Auguro a este grupo un gran futuro!!

Anonymous said...

PARECE QUE TE HAN OIDO/LEIDO LOS KINKS Y VUELVEN A JUNTARSE

LO HAS CONSEGUIDO!!!