Tuesday, November 29, 2011

JUNG VS. FREUD, LA PELÍCULA

Hoy escribo sobre una película poco recomendable… Y no porque carezca de interés o talento artístico, sino porque resultará aborrecible a cualquiera que no se encuentre muy interesado en sus tesis….

Un método peligroso es la última de Cronemberg, y explica las relaciones, primero de amistad después de abierta hostilidad, entre los psicoanalistas Freud y Jung. Habría de visionarse armado con papel y lápiz de lo bien que está explicada.

Hoy muchos se permiten ningunear la figura del vienés y su teoría como algo superadísimo, quizás en un movimiento de descenso pendular, tan injusto como lo fue su ascenso durante décadas. Toda corriente psicológica es, por necesidad, hija de su momento (dado que no posible investigar algo que no se manifiesta) y el psicoanálisis freudiano no escapa a esta máxima. Pero hay un abismo entre afirmar que Freud era un reprimido y un obseso e invalidar los frutos de su obsesión: principalmente la idea del subconsciente (piedra angular sobre la que se edificaron algunas de las más interesantes reflexiones del siglo pasado). De no existir Freud, el pensamiento jungiano hubiera tardado bastante en manifestarse. Sin la idea de inconsciente, sería complicado el salto al inconsciente colectivo: uno de los detonantes del conflicto entre el maestro y el que era, hasta entonces, su discípulo aventajado.

Aunque en términos narrativos está justificado el factor “conflicto”, si uno asiste a la película medianamente documentado y mantiene la objetividad sin tomar partido, resulta una brillante exposición sobre cómo surgen las ideas. De cómo, en aras del conocimiento, las partes han de perder protagonismo para integrarse en el todo, superándose conceptos que resultaron herramienta imprescindible para alcanzar ciertas cotas.

Del pensamiento jungiano, emana la corriente más fascinante de conocimiento que servidor maneja actualmente: Aquella que, trascendiendo el sujeto, deja atrás el ego (tarea y lastre) y se adentra en el territorio de la conciencia. Un área de inmensidad e intensidad infinitas que, estoy convencido, se trata de nuestra próxima frontera. No es casualidad (nada lo es) que unas entradas más abajo, colgara una conferencia de Manuel Almendro. Fascinante, ya les digo.

Saturday, November 19, 2011

LA CRISIS DE LA CODICIA Y EL MIEDO

He tardado bastante tiempo en visionar el documental Inside Job. Para cuando arreció la crisis, servidor se hallaba inmerso en la suya propia y bastante tenía con hacerme cargo de mis cuentas como para atender las globales. Sin embargo, poco a poco voy sacando tiempo para dedicarme a tareas menos urgentes e ir componiendo la secuencia de los hechos que todos quieren explicar pero nadie parece comprender.

La explicación la han dado otros muchos, mejor que yo. Pero dado que la vida me ha situado en un punto de observación interesante, haré mi matiz: La codicia de unos cuantos amparó una desregulación mercantil de la que el general de la sociedad no tuvo constancia (puesto que los designados para oponerse a ella estaban ya en nómina de los codiciosos. Y esta fue la jugada maestra). Esto se tradujo en un salvaje festín bursátil, a costa del esfuerzo de la sociedad en general (bien adoctrinada en la necesidad de adquirir viviendas en propiedad; punto sobre el que creo no se ha hecho suficiente hincapié). Cuando dicho esfuerzo no colmó las ansias de lucro de los codiciosos se comenzó a apostar a que esos pobres diablos perderían sus casas. Dicho y hecho: a los especuladores le interesó precipitar la crisis, sabedor de que estaban a resguardo pues contaban con la complicidad delos encargados de colgarles del palo mayor.

Y lo acojonante del caso es que nada ha cambiado. En el documental se explica bien cómo la desregulación (de la que no estoy, por principio, en contra) propició todo tipo de chanchullos bursátiles pero no se explica por qué estamos reflotando a los culpables del naufragio a golpe de sucesivas regulaciones (Qué si no son esas vertiginosas inyecciones de capital público con que se están saneando las cuentas del sector financiero; en un ahora no, ahora sí, según le conviene a la banca). Cómo es posible que entidades de desacreditada solvencia y cómplices de este disparate, las agencias de calificación, sigan agitando las bolsas con total impunidad cada vez que tosen. En qué cabeza cabe que nos siga preocupando pagar la hipoteca al banco que nos estafó y encima, estemos agradecidos por conservar una vivienda que no vale ni por asomo lo que pagamos por ella.

Realmente, el miedo es cosa de pobres. Pobres sin nada que perder a los que se ha envanecido con la idea de que es posible poseer algo en esta vida. Y así seguimos… sosteniendo sobre nuestros hombros el peso que nos hunde en la ciénaga. Engañados por un espejismo de clase mediocre, antes que de clase media. Paralizados frente a la idea de defenestrar un sistema que nos despoja de la dignidad a través del miedo: miedo a perder un empleo que detestamos, de un piso en las afueras que nos queda pequeño, de no estar a la altura de las necesidades creadas, o ser depurados bajo el estigma de la pobreza o la locura.

Wednesday, November 16, 2011

BILDERBERG, MAYO 2008

El asesor de asuntos esotéricos avanzó hasta la mitad del escenario y se aflojó la corbata frente a un auditorio compuesto por los hombres más poderosos del planeta.

- Señores, nuestros peores augurios se han confirmado. Los mayas estaban en lo cierto: La humanidad se encuentra preparada para evolucionar.

Un murmullo de inquietud recorrió el salón de actos antes de que el orador continuara su discurso:

- Según diferentes estudios psicosociales realizados con independencia, el desarrollo del ser humano se encuentra en el punto que le permitiría superar el miedo, la codicia o la ira…. Se hace necesario, por tanto, un considerable esfuerzo colectivo para mantener el status quo que ha brindado el mayor periodo de prosperidad y esplendor de nuestra Sociedad: Nuestras corporaciones deben propiciar severas caídas bursátiles, nombrar a los gobernantes más incapaces y desmoralizar al ciudadano a través de nuestros trust de comunicación. Atacar donde más duele: arrebatándoles el techo, jugando con los sistemas de salud, y con el pan de sus hijos; hostigando al ser humano, de nuevo, hacia su más primitivo sentimiento de supervivencia ....

Primero brotaron algunas sonrisas entre el auditorio, hasta que todo el Club Bilderberg prorrumpió en aplausos puesto en pie.

- ¡Señores, ha llegado el momento de desencadenar la crisis!

Friday, November 11, 2011

ALGO SE MUERE EN EL ALMA...

...cuando un amigo se va. A Suzy & los Quattro se les ha ido uno muy grande y lo han plasmado en uno de los discos del año, Hank ¡escúchenlo!

Una de las gracias del voluntariado periodístico es acercarte a gente que admiras para descubrir que no solo es grande la obra sino también las personas.... Os dejo con la entrevista que les hice para Diagonal:

Thursday, November 10, 2011

TOMANDO CONCIENCIA

Casi considero un deber difundir este vídeo... Que no se asuste nadie pero es lo que hay. Que lo lo disfruten y lo aprovechen...

Thursday, November 03, 2011

EL ABURRIMIENTO DE SOFIA

Algún crimen debí cometer la semana pasada (y me temo cuál) para que el karma me castigara con la última película de Sofia Coppola justo la noche en que me proponía divertirme con la de Woody Allen.

Resulta evidente que Sofia Coppola se aburre más que las ostras del Mar Muerto. Toda su obra es un monumento al tedio, al spleen, a ese no-sé-qué-qué-sé-yo del mundo moderno… Pero me gustó tanto su opera prima (la de Las Vírgenes Suicidas) que, como con esa novia con la que no acabaste bien, vuelves a intentarlo para comprobar que sigue siendo la misma.

Se aburría Scarlett Johanson en Lost in Translation, se aburría María Antonieta en Versalles y las vírgenes bostezaban en su casa hasta saltar desde lo alto del tejado. Y mucho se debió aburrir la pobre Sofia para edificar toda su obra en torno a un asunto tan poco agradecido.

Somewhere es el tedio al cubo, el paroxismo del spleen baudeleriano: ovejas contando ovejas…La crónica de una fulgurante estrella del celuloide que se aburre en su hotel de seis estrellas, languidece frente a las gemelas strippers y se queda dormido practicando el cunnilingus…. Todo ello narrado a base de planos kilométricos de los de: “Pon cara de circunstancia un buen rato que la directora se ha ido al baño”. La constatación del error de aquella máxima de Antonioni de filmar películas aburridas para retratar el aburrimiento.

Me da rabia, porque creo que sería amigo de Sofia Coppola: Escoge bandas sonoras con un gusto exquisito y en todas sus películas siempre hay al menos un plano que me gana: el trasero de Scarlett Johanson que abre Lost in Translation, las bambas en el ropero de María Antonieta o los colores del bañador bajo el agua en Somewhere… pero eso no justifica la hora y 37 minutos de tedio extendido, ni un desenlace del que lo mejor que se puede afirmar es que resulta precipitado.

Sofia, maja, date un garbeo por la vida, comete fechorías, engaña a tu novio y luego regresas al cine… que yo volveré a ti para comprobar que, esta vez sí, has cambiado…