Monday, April 13, 2009

MAGO CATÓDICO

Marcos se encontraba tan cansado que renunció a leer un libro y encendió la televisión. Lo que vio le disgustó. La programación de los diferentes canales era un horror sin el menor fuste: familias humilladas a cambio de su minuto de gloria, aspirantes sin talento a las más diversas disciplinas, periodistas insultándose entre ellos... Sin embargo, no podía apartar la mirada de la pantalla, hasta el punto que olvidó su cansancio y permaneció en sintonía hasta caer dormido. Despertó en el sofá y la televisión arrojaba imágenes de algún absurdo concurso, buscó el mando a distancia y apagó la tele, pero a los pocos segundos esta volvió a encenderse sola. Vaya qué raro (pensó) y volvió a intentarlo pero el aparato se encendió nuevamente. Estaba tan agotado que renunció a levantarse a pulsar el interruptor. Quedó en un extraño duermevela observando como la presentadora fingía un aluvión de llamadas a las cuatro de la mañana. De pronto, hubo una suerte de interferencia, la imagen vibró, parpadeó y fue remplazada por la de un hombre con sombrero y capa de mago que hacía girar una ruleta con una espiral dibujada. “Estásss muyyy cansssaaado, estásss muyyy cansssado…” repetía el mago mientras hacía girar la espiral y al poco Marcos se quedó dormido. En sus sueños recuperaba a una antigua novia, se iban de picnic a orillas de un lago y hacían el amor con una intensidad que apenas recordaba. Se despertó bastante turbado y se sorprendió al encontrar la televisión apagada. Pasó todo el día en Babia, realizando de manera mecánica sus tareas. Lo cierto es que no recordaba a menudo a su ex y el sueño le había desconcertado, aunque no lo podía calificar de desagradable. A la noche siguiente volvió a encender la tele y pasados unos veinte minutos volvió a suceder: la interferencia y la aparición del mago “estásss muyyy cansssaaado, estásss muyyy cansssado…” Aquella noche soñó con su abuelo que murió estando él en unas colonias y del que nunca pudo despedirse. El abuelo le dijo que se encontraba bien y que no se afligiese. Cuando despertó llamó al trabajo para excusarse porque no se encontraba bien, aunque era mentira: se encontraba mejor que nunca. Puso la televisión y al poco de nuevo irrumpió el mago. Aunque era media mañana no tardó en dormirse y soñar que era el goleador de la selección nacional en la final del mundial de futbol. Empezó a desatender sus obligaciones y el mago comenzó a surgir apenas encendía el aparato, impidiendo el visionado de cualquier otro programa diferente de su función. Mientras, soñaba que pilotaba coches de carreras, seducía a bellas espías o se reconciliaba con su hermana... Un día, conectó la televisión y en lugar del mago encontró a una chica sentada en un sofá que, entre lágrimas, devoraba una enorme tarrina de helados; esparcidos por el sofá cartas y fotos hacían presumir una reciente ruptura. Qué cosa tan extraña (pensó) pero aún más cuando comprobó que se hallaba ataviado con sobrero y capa de mago, al lado de una ruleta con una espiral dibujada. Inmediatamente supo qué debía hacer, giró la ruleta y repitió “estásss muyyy cansssaaada…”

2 comments:

miss lisbon said...

Jo, me ha encantado!!!!

Anonymous said...

recuperando lecturas atrasadas de tu block me he encontrado con esto...en una palabra: OLE!