Monday, August 24, 2009

PROSPERIDAD

Hace unos meses leí, a instancias de Kiko Amat, Prosperidad, el debut literario del madrileño Carlos Herrero. Sinceramente, esperaba algo más lúdico y a la siguiente vez que me encontré con Kiko le recriminé que me hubiera recomendado una lectura tan desesperada y doliente.

El argumento del libro es fácil: estudiante desmotivado, abandonado a un beber desesperado, cuyas únicas opciones sexuales son las gordas y las putas, ve pasar sus días sin encontrar motivación, ni asidero. Y así más de 200 páginas de borracheras tristes, sexo fatigado, cenas recalentadas, colegas que te arrastran al pozo y dolor, demasiado dolor. Y no de ese dolor como el de un martillazo que te excita y te hace reaccionar, sino dolor sostenido, persistente como la gota china que desciende a cada rato sobre el cráneo de la víctima hasta abocarle a la locura.

Prosperidad es un bonito anhelo; también es un barrio de Madrid. En teoría, la acción de mejorar merced al propio esfuerzo. sin embargo al reflexionar sobre ella no es extraño que se cuelen connotaciones azarosas, mágicas, esotéricas… como si el propio esfuerzo no fuera condición suficiente. Como si uno necesitara de la intervención de los dioses para alcanzarla.

En los últimos años estoy luchando por valerme por mi mismo, al menos en lo laboral. Después de quince años, rompí las amarras que me unían a un pasaje de mediocres y acometí mi propio proyecto. No me arrepiento, pero es cierto que esa anhelada prosperidad a veces parece antes fruto del azar que del esfuerzo: de una llamada de teléfono que te arregle la cuenta de resultados, de que el banco amplíe los créditos, de que el personal vea las razones de invertir y que confíen en ti. Es cierto, a veces te gana la inseguridad y entonces todo se bambolea y pierdes pie y cualquier cantamañanas adquiere la potestad de joderte la existencia por una minucia.

Me resulta alarmante, aunque no extraña, la noticia del alto tanto por ciento de parados que están preparando oposiciones. Como si lo público, que debería significarse por la vocación de servicio, fuese en realidad la única opción de prosperidad que ofrece una sociedad. Vaya tela.

3 comments:

Anonymous said...

Ayer en el jacuzzi le pregunté a Botín que qué pasa con lo nuestro. Me dijo que no nos preocupáramos y que siguiera chupando un poco...

Anonymous said...

…es posible , como tú dices: lo publico fuese la única opción de prosperidad, pero algunos seguimos apostando por algo mas individual… gracias a eso se leen cosas como pardo…

mario said...

gracias anonymous!