Monday, March 31, 2008

FELICIDAD

La otra tarde, mientras miraba fotos antiguas en casa de unos amigos, pensaba en lo escurridizo de la felicidad: un sentimiento del que solo somos conscientes cuando se haya ausente.

18 comments:

Anonymous said...

que va.. cómo puedes no ser conciente de lo que te da la vida....

Javier Díez said...

No estoy de acuerdo. Creo que cuando eres feliz, lo sabes. Aunque a veces, un sentimiento nostálgico convierte situaciones no tan felices como tales.

mario said...

cuando uno es feliz no tiene tiempo de percibir que lo es

Anonymous said...

tienes toda la razón, y no hay nada mejor que juntarse con los amigos y recordar tiempos que ahora ves felices... y lo eran!! como me hubiera gustado estar ahí el sábado

mario said...

Casualmente, anoche leo en El Mundo una entrevista con la hija de Punset, experta en inteligencia emocional y esas mierdas:

- Luego ¿la felicidad es un estado antinatural?

- Lo que pasa es que cuando uno esta bien, no se da cuenta, pero sí percibe cuando está estresado o en guardia.

Anonymous said...

perdón pero el subidón de la felicidad es bastante perceptible..

C.

Miguel B. Núñez said...

Mi declaración de amor en mi blog, por ejemplo, tiene que ver con la felicidad y sí soy consciente de ella. Podríamos discutir esto, pero yo creo que cada uno tiene una percepción diferente. En mi opinión, si vives el momento plenamente, puedes sentir esa felicidad. Pero si piensas en lo que tuviste o en lo que tendrás.. entonces es complicado.

Para mí el pasado es algo con relativa importancia, no pienso demasiado en ello, soy muy poco nostálgico por no decir nada en absoluto, así que.. según lo que dices... ni siquiera puedo recordar esa felicidad que tuve pero no percibí.

mario said...

caray, que tozudos estais con este tema!

Voy a intentar explicarlo un poco más: Creo que la "felicidad" es el estado natural para el que venimos al mundo. Después las circunstancias ya se ocupan de desvirtuar aquel estado primigenio, que por primigenio no percibimos, en tanto que no existe nada con qué compararlo y hasta que conocemos el pesar y el dolor no somos capaces de valorar la felicidad que un día fue. Sería absurdo ir por la calle gritando ¡tengo brazos y piernas! sin embargo estoy seguro que cualquier tullido los hecha constantemente en falta, fijo.

Anonymous said...

Me alegra que
sepas distinguir
entre el principio y el final
y seas tan feliz

Me alegra que
sepas distinguir
entre el premio y el castigo
y seas tan feliz

Me alegra que
sepas distinguir
entre el principio y el final
y seas tan feliz

Pero a mí me sabe tan mal
yo no quiero ser feliz
yo no

Me alegra que
puedas trabajar
y sepas hacia donde vas
muy bien chaval

Es bueno que
puedas sonreir
cuando lo exija la ocasión
muy bien chaval

Pero a mi me sabe tan mal
Yo no quiero ser feliz
Yo no

Raquel Márquez said...

Hola! Vengo por la polémica, ¿es aquí? :)

Había escrito un par de párrafos coñazos en plan lingüístico, definiendo términos y tal, pero no llevaba a ningún lado. Lo importante es, ¿para ti la tristeza sí se puede percibir con claridad en el momento?

Creo que los que te contestan tozudamente que no tienes razón se imaginan que tú responderías que sí a esa pregunta, que tú crees que la tristeza es más directa, más real, más del día a día, que la felicidad.

Si eso es lo que crees entonces ya me lanzo a la polémica tozuda, jeje, porque yo he sentido tan vivamente y tan en el presente una como otra, tristeza y felicidad. Y cuando me siento feliz es algo tan innegable que argumentarlo pierde todo el sentido. Me refiero a que cuando estoy feliz ningún experto podría convencerme de que no lo estoy!!

Un abrazazo.

David said...

Pues precisamente por eso, hay que dar gracias de tener brazos y piernas... igual que de respirar, de dormir, de quedar a comer, etc... el elogio de la nostalgia sólo sirve para vivir en el pasado, y el pasado no existe, sólo existe ahora, y sólo se puede ser feliz ahora... y sí que hay un estado de felicidad anterior al que llamas primigenio. Que los sordos no oigan no significa que no haya sonido...

mario said...

Al menos la polémica ha servido para volver a leer a Raquel, que con lo de la tele se la echa de menos.

Explico:
Sobre todo cuando uno es mozo (caso de las fotos que provocaron aquel pensamiento), si se tiene un poco de suerte la vida se vive con menos experiencia pero con mayor espontaneidad. Me refiero a esa clase de felicidad que se vive en la ignorancia de que no será eterna: esa época en la que te bebes la vida sin temor a lo que vendrá.
David, por supuesto que no es sano pensar demasiado, ni en el pasado, ni en el futuro. Pero el hoy es producto de uno y nuestra manera de proceder nos conducirá al otro. Y servidor, lamenta no poder zafarse de esos dos grandes villanos que, lo queramos o no, han coartado mi manera de sentir la felicidad.

Otra idea: Cuando soy feliz, muy feliz. En ningún momento me detengo a pensar “joder soy super-feliz de la hostia”; igual que cuando estoy muy deprimido y me hundo, soy incapaz de conseguir la distancia para pensar “esto es solo una depresión, ya pasará”. Mi subjetividad es incapaz de analizar tales sentimientos, sino disfrutarlos o padecerlos.

Y en breve, explicaré por qué la felicidad es egoísta para terminar de liarla del todo.

Raquel Márquez said...

Jejeje, eso promete, escríbelo que yo lo leeré y lo comentaré... Y en breve volveré a mi blog que ya tengo ganas de que me llevéis la contraria a mí :)

Raquel Márquez said...

Jo, estoy leyendo las últimas entradas a gran velocidad y me doy cuenta de lo que me estoy perdiendo últimamente por no leer los blogs...

Es curioso porque hay un tema del que hablas mucho y en el que yo pienso mucho estos días por un texto que mandó Clàudia: el miedo a la inestabilidad, a perderlo todo, a que la felicidad se pierda cuando somos conscientes de que puede desaparecer...

Creo que el texto de Clàudia (te lo reenvío al mail para no ser brasa aquí) puede solucionar todo eso si somos capaces de ponerlo en práctica: ¿y si la felicidad no es buscar lo inmutable sino ser consciente de que todo es mutable? Si asumimos que nada es para siempre, ni la felicidad ni la tristeza, ¿no seremos más felices, libres del miedo a perder lo bueno o a no poder superar lo malo? ¿No seremos capaces de vivir, en lugar de temiendo la ruleta del casino, siempre dentro de la ruleta, disfrutando con el cambio, lanzándose a ella...?

Raquel Márquez said...

No veo esa famosa entrada que me prometiste!

:D

mario said...

mucho curro, ahora mismo está ahí!

Anonymous said...

Vaya vaya!!!
Un par de días sin meterme aqui y la que has liado!!!jajajaja
Yo estoy empezando mi libro de la felicidad...que rabia!!! Si hubieras escrito sobre la amistad!!!
Por cierto...hasta una entrada en inglish y todo!!!
Bueno, bueno, se ve que la comunicación es tu signo esta temporada (tantas series me están influyendo ...).

Anonymous said...

Hola Mario,

Me ha hecho gracia tanta polémica de esta entrada.
Qué es la felicidad?.
Esa es una de las primeras preguntas que le hago a mis pacientes o que acaban ellos por hacerse, a veces directa y otras indirectamente.

Es un destino??
O está en el camino??
Somos capaces de encontrarla en nuestra rutina y cotidianidad??
Como saber que la tenemos??
Seguro que no la tenemos??

Un sin fin de preguntas.

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