Wednesday, June 25, 2008

UN REINO SIN TRISTEZA

El reino se volvió tan húmedo que el monarca decidió prohibir el llanto para salvar la situación. Las autoridades comenzaron a administrar antidepresivos en el agua corriente. Un hombre, desolado tras perder a su familia en un accidente, tuvo una crisis de tristeza y fue inmediatamente internado en la prisión de los Marx; en cuyo patio se proyectaba, día y noche, Sopa de Ganso. Los entierros eran oficiados por humoristas y un payaso daba el pésame a los allegados. Los melancólicos fueron exiliados y los huerfanitos caminaban apretando sus párpados con el fin de no derramar lágrima alguna.

4 comments:

Patrice said...

Uuh,.. se respira felicidad ehhh :S
qué miedito

miss lisbon said...

En un país donde a mi me esperaría la pena de muerte... jajaja, que lloro de la risa!!!
La cuestión es llorar... por dios santo que bien sienta!!! Parece aposta para la entrada, pero ya me conoces y esta mañana al despertarme he recordado un trozo de mi sueño y he llorado un rato, así en plan tormenta, rompo a llover/rar y es dos minutos cielo despejado y cabeza perfecta.
Además… que harían en ese país con tu hombro??? ;-)

Anikin said...

Estoy de acuerdo con Miss Lisbon, llorar limpia por dentro. No hay nada más agradable que soltar unas lagrimitas de vez en cuando.
Toda la entrada me recuerda a una peli que vi que se llama "Equilibrum", sobre una sociedad del futuro donde se prohiben los sentimientos. Y es que el ser humano no está hecho para eso... Está hecho para reír, llorar, y gritar "¡CAMPEONES!"
Saludos

Melanconoia said...

Decía mi abuela, "quién no tine cruz, se la busca."
Y que cierto es.
Ese reino está abocado al fracaso. Somos expertos en buscarnos las vueltas para no permanecer demasiado tiempo felices. De hecho, ¿te das cuenta de lo poco que hace un desgraciado por salir de su abismo y lo mucho que hace el feliz para meterse en el mismo abismo?