Tuesday, September 23, 2008

LA NOCHE DEL CAZADOR

Nunca he practicado el deporte de la caza. Aún así me interesa, como todo lo que nos conecta con lo atávico. Teorizo que la caza debe ser el arte de la paciencia. De nada sirve irrumpir en el coto cual Tejero un 23-F, salvo para espantar a la presa. El cazador debe ser prudente, evitar la precipitación, cultivar la paciencia y aguardar a que el objetivo esté a tiro y entonces ser rápido como el hocico de la mangosta. Pero, hasta entonces, serán muchas las noches entreteniendo el frío, dominando la ansiedad y jugando con el gatillo y la idea de volarte los sesos.

3 comments:

Melanconoia said...

Tu reflexión final me ha sobrecogido. No por lo que cuenta, si por lo real de ese pensamiento suicida que, al parecer, todos cultivamos en ocasiones.

Subir al último piso y visualizarte a ti mismo precipitándote contra el suelo, no con temor si no con cierto regusto.

Joder. La mente está enferma en todos nosotros.

Por suerte.

miss lisbon said...

Me he vuelto a reir, primero fue la entrada anterior.

Gracias!!!

Javier Díez said...

Punset en El viaje a la felicidad dice que somos un especie que tenía como esperanza de vida los treitaytantos, que a partir de ahí o te reinventas o te quemas.