Sunday, November 26, 2006

¡COF! ¡COF!

Toda la culpa la tenían el CSI y los documentales con animaciones tridimensionales. Ahora, cada vez que alguien a su alrededor sufría un ataque de tos, le resultaba imposible no imaginar un torrente de diminutas partículas de colores que se lanzaban como un tsunami a colonizar su aparato respiratorio.

- De seguir así, acabaré como uno de esos pirados que van por la calle con mascarilla- pensaba mientras escapaba a la otra punta del autobús, espantado por las toses de su compañera de asiento.

6 comments:

Anonymous said...

Sería peor, o mejor, nunca se sabe, acabar con una "mascarilla" de esas de portero de hockey...

Al lado de mi casa venden motosierras, yo ya me lo estoy pensando...

Anonymous said...

mario jackson!!!! ya te veia yo un poco piterpanesco

Anonymous said...

Pues no sé si será por eso o no, pero una cerda me estornudó en la cara en el cercanías el jueves pasado y hoy me he levantado con un buen trancazo.

¿Casualidad? No lo creo...

Unknown said...

Yo tengo varios testigos de cómo se me llenó la cara de granos uno o dos días después de ser víctima del mayor escupidor de getas con el que me he tenido que enfrentar en mi vida. También he experimentado que me saliera una calentura en el labio apenas 30 segundos después de que alguien babeara a mi lado en una piscina climatizada pública. Así que no es paranoia, y ojalá se pusieran de moda las mascarillas, así me podría despreocupar un poco más de lo de depilarme el bigote.

Anonymous said...

Yo también me pienso una o dos veces cambiarme de asiento cuando me ocurre algo así. Luego cuando soy yo la que estornuda, pienso, a su vez, que la gente a mi alrededor estará planteándose moverse también. Así que normalmente me siento mal al tomar la determinación de cambiarme, y no lo hago... Pero por lo que decís, quizás debería...

Raquel Márquez said...

Jeje, ahora que dice eso Laura, ayer por la calle, pensando en ese monólogo de humor que parece que nunca haré, pensé en la posibilidad de salir al escenario y decir lo primero: "se habrán fijado ustedes en que no me depilo el bigote". Me reí yo sola.

Yo nunca había sido muy escrupulosa y de un tiempo a esta parte alguna gente en el metro me ha dado auténtica grima. Más que la gente los cuerpos. Es raro.