Thursday, November 02, 2006

ENTRE CURRELAS Y GAMBITEROS

Por exigencias laborales, desde hace unas semanas vuelvo a subir en el primer metro de la mañana. Ya he sufrido este infortunio en varias ocasiones a lo largo de mi vida, lo cual me sirve para establecer una comparativa. Diez años atrás la sensación dominante era de desasosiego (ándenes solitarios, túneles silenciosos, vagones vacíos... todo como en una película de terror barata), hoy al contrario son unos cuantos los que pueblan los subterráneos a tales horas, demostrando que esta ciudad cada vez madruga más.

Tan temprano, resulta difícil encontrar algo curioso en qué fijar la atención. Currelas, ciudadanos arrastrando pesados fardos físicos y mentales, pasajeros que cabecean exhibiendo sin censura el derrumbe de unas ojeras cuya curva se opone en relación directa a la de la tristeza que expresan sus labios. Cualquier atisbo de épica o de belleza es pura ensoñación.

De cuando en cuando, irrumpe, destrozando la monotonía, algún grupo o individuo armando ruido. Noctámbulos que reclaman una prórroga de la noche animados por el consumo de las sustancias más variadas. La presencia de alborotadores es una ofensa directa a la mayoría durmiente, como si cometieran el sacrilegio de irrumpir bailando en el camposanto. La hostilidad es patente y no me extrañaría que un día el resto de pasajeros se alzara como un ejercito de muertos vivientes y se produjera el linchamiento de los disolutos. De hecho, me sorprende que no haya ocurrido ya.

Observo la estampa entretenido. Entre la obligación y la vocación siento ganas de desertar de mi vida y unirme a los que prosiguen su farra. Y recuerdo el final de La Busca (lo mejor de la novela) en que el héroe atraviesa la Puerta del Sol al amanecer cruzándose entre currelas y gambiteros interrogándose acerca de su lugar en la sociedad. Servidor, ni puta idea, oigan.

14 comments:

Anonymous said...

Hola viejuno!!...pues nada, aquí dejo mis primeras palabrillas apoyándole es ese sentir mañanero. Lo del metro a esas horas es de "mírame y no me toques" y lo de los gambiteros nocturnos..tres cuartos de lo mismo...al menos entre semana. Bueno, ya he estrenado su nuevo blog y le deseo la mayor de la suertes en su nueva andadura!
Saludos

Anonymous said...

Si os parece horrible el metro a esas horas, os recomiendo que lo pilleis en la hora punta, cuando tienes que dejar pasar hasta tres CONVOYES (como mola la expresion) por que ni entras. Siempre lo dire, es tercermundista y eso que es uno de los mejores, no me quiero ni imaginar como podria ser peor

ale! enhorabuena por abrirte un friki sitio de estos, los hermanos bravido tenemos ahora mas representacion en el ciberespacio

Anonymous said...

¿De dónde saca la gente el dinero para salir entre semana?
De todos modos, señor, el Metro alienta al asesinato sea a la hora que sea, o al suicidio, según se mire.

Miguel B. Núñez said...
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Miguel B. Núñez said...

yo que compartí aquel desasosiego con usted... comparto ahora igualmente esa duda respecto al lugar que ocupo en la sociedad... y digo más, en el mundo!


;)

David said...

Y esa extraña sensación que me venía a esas horas, de camino a Hispania, como de ser un explorador en tierras ajenas, luchando contra la desidia, la ansiedad y el peligro del amanecer?

Anda que has tardado...

Raquel Márquez said...

Yo hoy estoy enferma y me he librado del ejército de zombies, a ver si esta tarde me recetan unas drogas en el médico...

Para mí lo mejor de escribir es que a veces casi te alegras de haber sentido cosas desagradables, hacer algo bonito con ellas es un desahogo fantástico. Vamos, que te doy la bienvenida, que no decaiga la farra bloguera!

Anonymous said...

Yo es que uso cercanías, y ahí no hay ni un solo gambitero, somos todos currelas. Auqneu el otro día estuvieron a punto de pegarme una paliza dos mocosos porque como llevo gran patillamen decidieron que era facha...

sigh

PD: es embalse, no pantano

Anonymous said...

Hola

Qué sorpresa y qué bien escribes!!!

Yo es que soy una privilegiada en este tema, aunque también viví mis años de angustia y cabreo, me ponía super de mala leche, hasta he llegado a tirar el bolso al suelo por escapárseme un tren. Ahora lo pillo en horas punta a veces, si tengo un casting o lo que sea a una hora muy concreta y no me queda otra.. Por eso, digo que soy afortunada en esto.

Un besazo enorme

Anonymous said...

¡Ja ja ja ja!, muy burbano esa reacción de tirar el bolso al suelo de la rabia.
Lo siento no he podido evitarlo, me ha hecho mucha gracia imaginarmelo.

David said...

ayyys muchas gracias! he visto tu llamada, es que tengo un gripazo bailongo y estaba asobinando en la cama, cumpleaños vírico! Te llamo en un ratito...

Y no pares de escribir, que te meto!!

Anonymous said...

Yo este martes salí un poco, y cuando volví a casa en el primer metro de la mañana (línea 3; no quiero ni imaginarme la 5...), los vagones, que además son de esos modernetes en los que ves hasta el final de todo del pasillo del tren, estaban llenos de un ejército de zombies, brujas y demonios; Lo más extraño era que, si te parabas a pensar, no podías saber realmente quién había celebrado Halloween y quién no. Por ejemplo, me gustaría saber de dónde había salido el tuno que iba sentado a mi lado.

Raquel Márquez said...

Ay, pues qué bien que haya llegado el momento del exhibicionismo, lo que es yo lo voy a disfrutar...

Como diría Miguel citando a Rimbaud, ¡adelante, siempre adelante! Jeje.

Anonymous said...

El arte hay que exhibirlo. Y el que posee arte, ha de regalarlo a los demás pues la función de una buena parte de éste, aparte de la de la realización personal, es deleitar y entretener a sus semejantes, ya sea con una pintura, una melodía, una interpretación o una historia sobre papel. El artista no tiene que ser tímido, tiene que mostrarse en todo su esplendor. Así que , por favor, sigue escribiendo porque lo haces muy bien y es una delicia leer tus reflexiones. Y ya sabes que no soy chica con inclinaciones al halago gratuito. Un beso enorme y buenas noches