Sunday, May 06, 2007

CICLOTIMIA

Su mayor anhelo consistía en poseer una voluntad férrea, nietzscheana, impermeable a los envites de las circunstancias. Pero, por más que se esforzaba, sufría al comprobar como todos le manipulaban, subiéndole a los cielos o hundiéndole en el subsuelo a su antojo. Y cada noche, al vaciarse el edificio, Otis lloraba amargamente su sino de haber nacido ascensor.

5 comments:

miss lisbon said...

Yo conocí una vez a un parking subterráneo que no hacía más que lamentar los humos y gases tóxicos que respiraba diariamente cuando él sólo ansiaba ser roca para sentir las caricias del mar...

Anonymous said...

¡Jo,jo,jo!, made in Mario 100%, con ese final inesperado.
Sin dudarlo, todos hemos conocido a muchos Otis, o quizás no, la mayoría no sentían esa amargura: Estaban conformes con su condición.

Anonymous said...

Pobre Otis, él no podía hacer nada para cambiar su condición. Nació así, no se hizo. Ser consciente de algo que te hace infeliz y que puedes modificar, es de idiotas o cobardes.

Anonymous said...

seguro que escuchaba a OTIS REEDING!!!! cuñao!

Miguel B. Núñez said...

y sufría de oti-tis!!